Las lenguas de lava que se deslizan desde la erupción en Cabeza de Vaca, en La Palma, hasta la costa por el valle de Aridane, han arrasado 166,2 hectáreas, engullido 350 edificios, destruido parcialmente otras 24 construcciones y han obligado a evacuar a más de 5.700 personas. El avance de la lava hacia el mar se ralentiza, con un frente que alcanza alturas en algunos puntos de 12 metros y que se sitúa a 2,5 kilómetros en línea recta hacia la costa, según muestran las imágenes por satélite del programa Copernicus, de la Agencia Espacial Europea. Los científicos ahora dudan de que el magma, que solo avanza cuatro metros por hora, llegue a alcanzar el mar. La lava se ha adentrado ya, aunque lentamente, en algunos puntos del barrio de Todoque, en Los Llanos.
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