Un comunicado de una sola línea llegaba al correo de los periodistas a primera hora de la tarde: “La canciller felicitó el lunes a Olaf Scholz por su éxito electoral”. Ante la insistencia de los medios de comunicación, los portavoces del Gobierno se habían negado previamente, durante la rueda de prensa ordinaria que ofrecen tres veces a la semana, a comentar los resultados de las elecciones del pasado domingo. Los socialdemócratas del SPD salieron vencedores por un estrecho margen de apenas punto y medio. Frente a su 25,7% de votos, los democristianos de Merkel obtuvieron el 24,1%. La felicitación de la canciller no tendría más interés si no fuera porque el candidato conservador, Armin Laschet, seguía sin reconocerle la victoria a Scholz públicamente -después se supo que lo hizo por carta, llegada el miércoles-. Asegura Laschet que con unos resultados tan apretados ninguno de los dos partidos tiene un mandato claro para tratar de pactar un Ejecutivo. Y él quiere intentarlo también.
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